Cuando se avecinan tormentas, pronostica si los aviones aún pueden despegar y aterrizar; sobre interminables tierras de cultivo, advierte a los cultivos de la llegada de plagas; dentro de túneles oscuros, mapea el enredo de roca y tuberías bajo nuestros pies; y en montañas cubiertas de nieve, mide la profundidad de la deriva para que los topógrafos puedan dibujar mapas con una precisión milimétrica.
Cada una de estas escenas está silenciosamente alimentada por radar. En los últimos años, los científicos chinos han desarrollado una familia de radares de fabricación propia que sirven tanto a la defensa nacional como a la vida cotidiana, remodelando silenciosamente la forma en que vivimos y trabajamos.
Guardián de cada viaje
Viendo a través de la niebla cuando los ojos humanos no pueden
Para los viajeros, la seguridad es lo primero. Actuando como un leal “centinela del tráfico aéreo,” el radar escanea constantemente el cielo, fijándose en la posición, velocidad y rumbo de cada aeronave, incluso cuando la visibilidad desciende a casi cero, proporcionando a los pilotos los datos que necesitan para aterrizar de forma segura.
En el Aeropuerto Internacional Daxing de Beijing, un radar meteorológico de banda C, totalmente digital y de matriz en fase activa, el primero de su tipo en la aviación civil, completa un escaneo volumétrico de 40 capas en 90 segundos con una resolución espacial de 75 m. Los módulos distribuidos de transmisión-recepción empujan el tiempo medio entre fallos de 600 h a más de 3.000 h, convirtiendo una manta de niebla en una lámina transparente de números.
La misma “hipervisión” ahora se está extendiendo a la carretera. Al combinar láser, ondas milimétricas y cámaras ópticas con algoritmos de decisión, planificación de rutas y simulación de escenas impulsados por IA, los coches autónomos pueden ver mucho más allá del horizonte humano, recibiendo alertas instantáneas de obras viales, infractores de semáforos en rojo, tráfico cruzado o peatones escondidos detrás de camiones estacionados.
“También hemos construido un radar ultrasónico que vigila la burbuja de 0–10 m alrededor del vehículo,” dice un ingeniero chino. “Complementa las ondas milimétricas y el lidar para crear un capullo de seguridad en capas, y se encarga de evitar colisiones con puertas, comprobaciones de profundidad de vadeo y estacionamiento automático. Hasta ahora hemos enviado 20 millones de unidades.”
Primer respondedor cuando se avecina un desastre
Contando los aleteos de una langosta desde kilómetros de distancia
Los nuevos radares meteorológicos de China, las matrices en fase de doble polarización de banda S, las matrices en fase de banda C y el resto de la familia, pueden detectar una célula de tormenta mientras aún se está formando y enviar advertencias a los teléfonos y torres de control minutos antes que antes.
Pero el radar es más que un ojo meteorológico; también es visión de rayos X. El radar de penetración terrestre (GPR) funciona de forma no destructiva, ofreciendo imágenes con una precisión centimétrica de lo que hay debajo, ya sea que el trabajo consista en revisar un revestimiento de túnel, mapear el lecho rocoso, inspeccionar una presa o buscar un sumidero debajo de una calle de la ciudad.
Cuando los terremotos derrumban edificios, el radar de rescate vital envía pulsos de banda ultraancha a través de los escombros; los débiles reflejos de la respiración o un latido del corazón se extraen del caos y se convierten en signos vitales en una pantalla, guiando a los rescatistas hacia los supervivientes dentro de la hora dorada.
Los agricultores también tienen un nuevo aliado. El reconocimiento convencional de plagas significa caminar por las filas con una red y un cuaderno, lento y siempre demasiado tarde. El primer radar entomológico de alta resolución, multibanda y de polarización completa de China ahora mira hacia el cielo todas las noches, midiendo la frecuencia de aleteo de un insecto, la longitud del cuerpo, el peso, la sección transversal del radar e incluso la orientación de la cabeza. El resultado es la primera base de datos nacional de trayectorias de plagas migratorias, sentando las bases técnicas para una plataforma de alerta temprana a nivel nacional que puede decir a los agricultores “rocíe mañana” antes de que una sola polilla aterrice.
Hacia dónde se dirige el radar
Más inteligente, multibanda y, muy posiblemente, cuántico
Los radares del mañana fusionarán la inteligencia artificial con la física de radio en tiempo real. Las redes de aprendizaje profundo analizarán los ecos en bruto, etiquetando instantáneamente cada contacto (carguero, dron sigiloso, bandada de pájaros) y prediciendo lo que cada uno hará a continuación, mientras que los motores cognitivos reajustan las formas de onda sobre la marcha para mantenerse un paso por delante de las interferencias.
En el laboratorio, los radares cuánticos y de terahertzios están pasando de la pizarra al prototipo. Un radar de entrelazamiento cuántico construido en Nanjing ya ha reconocido la firma cuántica de un objetivo sigiloso a 200 km. Una vez maduros, tales conjuntos podrían reescribir las reglas de la guerra naval y la defensa costera.
Desde la estratosfera hasta el lecho marino, el radar se ha convertido en escudo y sensor para una China moderna. A medida que la tecnología sigue corriendo hacia una mayor autonomía, espectros más amplios y horizontes cuánticos, el próximo capítulo del radar se está escribiendo hoy, y estará aún más cerca de la vida diaria de lo que podemos imaginar.
(Fuente del artículo: Publicado en el Diario del Pueblo)
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